El regreso

 Por Dinamarca

25º día. 4 de agosto, lunes 

IItinerario: Vestby-E6 a Helsinborg-Helsingord (Dinamarca)-•30 km sur Copenhague 

Pernocta: Gasolinera y area a 30 km al sur de Copenhague 

El día amanece soleado y me visto con ropa de verano, pero a lo largo del día comprobaré que me he equivocado. Poco a poco se va cerrando y comienza a llover. Y llueve como si no lo hubiera hecho nunca. Comenzamos el regreso con la posibilidad de dormir en Copenhague y pasear un par de horas por la ciudad. Envio un mensaje a Bronco pidiéndole las coordenadas del área de pernocta. Paramos en una zona comercial en Suecia a comprar. Con interés y curiosidad comprobamos que los carros llevan un lector del código de barras de tal manera que si lo pasas por el producto indica el importe y lo suma a lo que anteriormente has introducido en el carro, pero que también puedes restarlo si no te interesa. Debe ser lo que denominan la “compra inteligente”, algo que debería llegarnos, pero que seguro que a las grandes superficies no interesa, primero por que el cliente sabría lo que lleva gastado, y segundo, por que tendría controlados esos “errores” tan frecuentes de cobrar un precio distinto al marcado en la oferta. Comprobamos también que para comprar unas manzanas hay casi que estudiar: primero eliges fruta, luego manzanas, luego el tipo… Ya en la carretera rumbo Copenhague, a la lluvia se suma un fuerte viento que hace que la autocaravana de “bandazos” y Angel tenga que sujetar el volante firmemente. En Helsingborg tomamos el primer ferry a Helsingord, en Dinamarca sin problemas. Scandlines y 37 euros. 20 minutos de trayecto. Estamos a 50 km de Copenhague pero nos vamos acercando y no vemos ninguna area de descanso. Salimos en un pueblo a mitad de camino: todo está desierto y tampoco encontramos ningún sitio adecuado por lo regresamos a la autopista. Aquí aparece un área pero está expresamente prohibido el “camping”. Cabreados y cansados, continuamos nuestro camino y dejamos atrás Copenhague, sin gasolineras, ni áreas, ni señal alguna de centro de ciudad o camping. A unos 30 km después de la capital aparece una gasolinera con area. Hay autocaravanas. Nos quedamos. Son ya las 21 hora y estamos agotados. Media hora después recibimos un mensaje de Bronco con las coordenadas del area de pernocta de Copenhague . A veces ocurren estas cosas. Es la primera vez que pernoctamos en un area de autopista y cerca de una gran ciudad por lo que tomamos todas las medidas de seguridad que tenemos. Sin dejar de llover nos disponemos a dormir.

El regreso por Alemania

5 de agosto, martes. 26º día. 

IItinerario: 30 km sur copenhague- 

Pernocta: Greven. Coordenadas: N52.04531. E 7.68577 Km: 

Amanece entre sol y nubes, pero éstas parecen cubrir por completo la ciudad de Copenhague. Nos sentimos tan mal ayer cuando cansados no encontramos areas de descanso ni señal alguna de camping o centro de ciudad cuando atravesamos la capital que Angel dice que no quiere ir a verla. La verdad es que el tiempo no acompaña: 30 km de ida y otros tantos de vuelta, buscar un aparcamiento y luego que nos llueva…No parece atractivo y desistimos. Volveremos a visitar lo que nos hemos dejado del sur de Noruega y “atacaremos” esta ciudad. Atravesamos todo el país hasta Rodbyhavn contemplando paisajes aburridos, al menos así nos pareció quizás después de retener en nuestra memoria los que habiamos disfrutado en Noruega. Ya en el lugar de embarque nos encontramos muchos coches, camiones, autocares, autocaravanas...Pero en tan solo 30 minutos embarcamos: los turismos por una rampa superior y las furgonetas, autocaravanas, camiones y autocares por una rampa inferior. Todos a la vez, con lo que fue muy rápido. Nos costó 68 euros y el trayecto duró unos 40 o 50 minutos en una travesía algo movida por el viento. El desembarco fue, si cabe, más rápido aún y pusimos rumbo a Hamburgo en donde sufrimos un pequeño embotellamiento debido a las obras que deben dilatarse en años ya que otros viajeros mencionan en sus relatos estas obras y los atascos que originan. Rumbo a las coordenadas que un francés anota sobre un area de pernocta en Greven. Sobre las 20 horas decidimos arriesgarnos y dejamos la autopista en su busca. Aparece en un sitio precioso junto a un río o canal. Una cadena nos cierra el paso pero el lugar es un lujo: parcelado, sobre césped cuidado, gravilla, y paz, mucha paz. Vamos, que quitamos la cadena y pasamos, siempre con los temores verbalizados de Angel. Observamos que todas las autocaravanas, excepto una sueca y otra noruega, son del país. Nos damos un paseo y vemos una caseta de madera con información, toda en alemán, pero permanece cerrada hasta las 6 del día siguiente. Luego encontramos lo que parecen ser los baños, pero dispone de un teclado exterior y para acceder a él hay que pulsar una serie de 4 dígitos. Le pedimos a Raul que pregunte a alguien pero cree que estamos donde no debemos estar y sabe que los alemanes son muy estrictos para esto, por lo que se niega a preguntar. Una joven que sale del baño responde que es una invitada y no sabe por lo que decido preguntar a unos alemanes. No hablan inglés pero con un bolígrafo, papel y algunas simpáticas señas nos entendemos. El edificio, además de baños y ducha de agua caliente con moneda, dispone de lavadora y secadora, también con monedas. La limpieza y el orden es absoluto. Ya quisieran muchos camping españoles disfrutar de esta tranquilidad y de este orden y disciplina. A las 21,30 el silencio es absoluto y solo oimos los coches en la carretera.

Por Alemania hasta Francia

6 de agosto, miercoles. 26º día. El regreso por Alemania hasta Francia 
IItinerario: Greven-Paris- Chalo-StMars. 
Pernocta: Chalo-StMars. Aparcamiento a la entrada de la localidad.

A las 9 de la mañana el “soniquete” de la alarma del reloj nos vuelve a sorprender en la cama. El día es gris por lo que nos desperezamos lentamente. Cuando saco a Mara a dar su paseo observo como un alemán mete una bolsa con dinero en un buzón en la caseta de madera. Le pregunto y me dice que es lo que hay que hacer. Consulto las tarifas y creo interpretar que son 7,50 € sin electricidad (9,5 € con electricidad), así es que ponemos el dinero en una hoja de papel que doblamos con cuidado anotando la matrícula de nuestra autocaravana. Cuando estamos esperando para cargar y descargar agua una señora en bicicleta nos pide el dinero. Lleva anotada nuestra matrícula. Raul le dice que ya hemos dejado el importe en un papel en el buzón, le pregunta si está bien y contestando afirmativamente. Nos dirigimos en primer lugar a Greven, a unos 6 km, a comprar pan, fruta y echar gas-oil. Unicamente conseguimos lo primero y lo último y ponemos rumbo a Francia. Entramos en Paris sobre las 19 horas y esta vez nos resulta un poco más difícil atravesarla. El “tomtorrom” se ha hecho imprescindible aquí, lo mismo que para el gran nudo de Essen donde durante casi una hora estuvimos entrando y saliendo de autovias cada 15 o 20 km hasta dejarlo atrás. Tomamos la autovía a Etampes en lugar de continuar por la autopista con la idea de buscar un sitio para pernoctar. Sobre un mapa vemos un río y decidimos recorrerlo hasta llegar a Chalo-StMars. Hasta este pequeño pueblo no encontramos ningún sitio adecuado pero a la entrada de esta localidad aparece un aparcamiento estupendo. Cuando lo estamos pensando llegan dos autocaravanas más, y qué pequeño es el mundo que curiosamente son ambas españolas que, al igual que nosotros, estaban buscando un sitio. Uno de ellos es valenciano y nos cuenta que a parte de robarle donde la tenía guardada unos días antes de partir, también le han robado en Cahors tan solo en los 15 o 20 minutos que pararon a estirar las piernas, con un perrazo dentro incluido, aunque no tenía alarma y dejó el navegador a la vista. Tras darnos una apetecible ducha nos vamos a dormir.

Regresando por Francia

7 de agosto, jueves. 27º día. 

IItinerario: Chalo-StMars- 

Pernocta: Gastes. Coordenadas: 44.32891 ;1.15101°

Tras una lluviosa noche aparece una fresca y luminosa mañana.Compramos pan en el Ayuntamiento (el panadero estaba de vacaciones) y nos despedimos de nuestros compatriotas que ponen rumbo a Estocolmo como punto de destino. Nosotros continuamos por la N-20 hasta Orleáns, donde paramos en un Carrefour para continuar hasta Gastes al sur de Francia cerca de la frontera con España. Area francesa en sitio tranquilo junto a un lago, pero bastante llena y algo apartada de la autopista, desde donde escribo ahora. Aunque últimamente no hemos anotado los kilómetros, hemos calculado que el viaje ha supuesto alrededor de 12.000, con unos gastos aproximados de unos 3.800 euros.

La añoranza

Y a pocos kilómetros de nuestro destino no puedo evitar, como siempre, evocar imágenes de nuestro viaje y veo el Vaasa, emergiendo grandioso como un fantasma de la noche de los tiempos. Y los renos, y el sol de media noche, brillante, inundándolo todo de una tímida luz dorada, y recuerdo lo que sentí, allí, en el fin del mundo, con los seres más queridos por mí: mis hijos en sus últimos viajes (o quizás el último) con nosotros, mi marido, compañero y amigo desde hace 30 años y como “pareja estable” desde hace 25, y mi perra, fiel y abnegada que ahora se despanzurra en una imposible posición para perros (boca arriba, sobre el suelo de la camper) agotada del viaje. Luego aparecen vivas imágenes de la pareja vasca y de las islas Lotfoten, de su salvaje belleza, de su bruma, de sus mágicas playas, de sus colores, de sus casas sobre pilares de madera, de su olor…, veo las caras de aquellos que hemos conocido durante el viaje y tengo una nítida y clara imagen de los fiordos, que se suceden en mi mente como si pasara páginas con distintas fotos, a cada cual más hermosa, y sus inmensos, casi eternos, páramos salpicados de agua y nieve, y recuerdo la sensación de cerrar mis ojos y abrirlos con un fiordo a mis pies, y las iglesias de madera, ennegrecidas por la brea y los siglos de historia, testigos mudos de un pasado efímero y rodeadas de la belleza que caracteriza este hermoso país. Y me siento feliz, no solo por lo visto y vivido, sino por haberlo compartido. Es una experiencia única y maravillosa y pese al cansancio, lo largo y pesado que resulta el viaje de vuelta, deseo regresar. He contemplado y disfrutado de viajes muy hermosos, pero este…este ha sido especial. He hecho casi 900 fotografias –y he eliminado día a día otras más- tratando de captar la belleza de los rincones y paisajes por los que hemos pasado, algunos tan hermosos que no soy capaz de describir. Pero hay que sentir, oler, tener la sensación de vértigo, sentir el frío, o el calor, el agua, la humedad, la sensación de que los pies se hunden en la alfombra mullida, tupida y mágica de la tundra. En una palabra: sentir la pequeñez y la soledad frente a tanta grandeza y belleza. El 8 de agosto, viernes, día 28 de nuestro viaje llegamos a casa al medio día sin nada especial que destacar

Mª Angeles del Valle Blázquez Boadilla del Monte, Septiembre de 2008

Indice general de relatos 

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